viernes, 7 de septiembre de 2012

Ultimo Capitulo!





Chicas!!! Llegó el final!! Voy a ir por partes. 

Vale: Gracias por las recomendaciones!! Ya tenía mono de leer y estaba perdida. Voy ha hacerte caso en todos! Gracias de nuevo!

Vale, Mely, Lina, Chari, July, ca_amorlaliter, pasi...GRACIAS por sus comentarios y por acompañarme con esta nove, son increíbles chicas, muchas gracias!!
A las chicas que no comentaron pero leyeron la nove, gracias también! Espero que la disfrutaran!

Visto lo visto, que no tengo tiempo y mi nove no avanza haremos una cosa, cuando esté lista y pueda empezar a subir les aviso si? Así que si no les importa seguiré con las adaptaciones, eso si, mis archivos siguen en sitio desconocido así que iré subiendo las que tenga a mano, espero que les gusten igual. Como el finde ya saben que lo tengo complicado no prometo nada, si puedo subo ya la nueva si no, tendrán que esperarme hasta el lunes.

Ahora no quiero aburrirlas mas. GRACIAS, se las quiere chicas!!

Gracias por leerme!! Besos, Vero!!




                             CAPITULO CATORCE




—No hay necesidad de todo esto, Juan —contestó a voces Peter—. No querrás meterte en más problemas.
—¿Y eso a ti qué te importa? Has venido a arrestarme, ¿no?
Peter calculó la distancia a la casa y las posibilidades que tenía de llegar a la puerta antes de que Juan disparara.
—Así es. Pero no quiero que nadie salga herido. ¿Dónde está Lali?
—Aquí conmigo. No va a dejar a su papaíto. No en un momento como éste.
—Déjala ir, Juan. No quieres que salga herida.
—No.
—Juan, un caballo no merece todo esto. Estoy seguro de que Agustin hablará con el juez. Te rebajarán la sentencia. No empeores las cosas.
Hubo una larga pausa, y Peter pensó que Juan iba a salir de la casa. Pero no fue así.
—No es solo por un caballo. Peter. Los dos lo sabemos.
¿De qué hablaba el viejo?, se preguntó Peter. ¿De Lali? ¿Temía que fuera a llevársela?
—¿Entonces de qué se trata, Juan? Ven y cuéntamelo.
Mientras esperaba la respuesta, Peter comenzó a pensar en formas de entrar en la casa y terminar con aquello. Lo primero que tenía que hacer era sacar a Lali de allí para que no corriera peligro.
De pronto, oyó el sonido de unas ruedas. Eran Pablo y otro coche de policía. Peter corrió hasta ellos.
—¿Qué pasa aquí? —preguntó Pablo—. Dice Rocio que es por Snip.
—Me alegro de que estéis aquí. El viejo está en la casa con un rifle. Y no deja salir a Lali —explicó Peter.
—Bastardo. ¿Qué le pasa? ¿Está borracho? —inquirió Pablo.
—Igual. Pero ése no es el problema. Robó a Snip, y sabe que lo sé.
—Diablos, ¿bromeas?
—Ojalá —dijo Peter, limpiándose el sudor de la frente—. Tengo que sacar a Lali, Pablo. ¿Crees que podéis mantener a Juan ocupado mientras intento entrar por detrás?
—¿Ha hecho algún disparo? —preguntó el oficial Daniel Redwing.
—Aún no. Pero parece borracho, y no sé de lo que es capaz —repuso Peter.
—Bien. Entablaré una conversación con él. Preparaos —indicó Pablo.
De pronto, Lali salió por la puerta y corrió hasta Peter. Aliviado, él corrió a su encuentro y, para no quedarse en línea de fuego, la llevó a cubierto.
—Ya está, cariño —le susurró él—. Estás a salvo. Todo va a salir bien.
—¡Me dejó salir! ¡Me dijo que me fuera! —dijo ella, sollozando.
Desesperada, lloró abrazada a él, mientras Peter trataba de consolarla.
—No lo entiendes. No se trata solo de que mi padre robara a Snip. Tengo que contarte… —comenzó a decir Lali, pero el llanto no le permitió seguir.
—¿Qué, tesoro? Sea lo que sea, no puede ser tan malo.
—Sí, lo es. Mi padre mató a Noah. Él me lo confesó hace un momento. Sabía que Noah había tenido una aventura con tu madre y estuvo chantajeando a Noah durante mucho tiempo.
Las piezas encajaban, se dijo Peter con amargura. Y se puso tenso al pensar en todo el dolor que Juan había causado, sobre todo a su bella hija que tanto lo había amado.
—Lo siento mucho, cariño. Ya ha terminado, y lo superaremos juntos —susurró él.
—¿Quieres decir que me crees? ¿Crees que yo no sabía nada? —preguntó ella, llena de esperanza.
—¿Cómo iba a dudar de ti? No eres el tipo de mujer que encubriría a un criminal, ni aunque fuera tu padre.
—No. Pero aún lo quiero. Es viejo y está enfermo. Mentalmente enfermo.
—Lo sé, tesoro —repuso Peter, acariciando su espalda.
—¡Peter! ¡Es mejor que vengas! —llamó Pablo.
Lali y Peter se pusieron en pie y vieron que la casa estaba ardiendo.
—¡Oh, no! ¡Mi padre está intentando suicidarse! —gritó Lali, y trató de correr hacia la casa.
—¡No puedes ir, Lali! —exclamó Peter, tomándola por la cintura para detenerla.
Lali luchó, pero enseguida se rindió, al darse cuenta de que no podría hacer nada. Peter entregó la mujer al oficial Redwing.
—Pase lo que pase, no la dejes ir.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Pablo.
—Voy a sacarlo.
—Piénsalo, Peter. La casa está llena de humo y llamas. Además, el hombre puede dispararte —le recordó Pablo.
—Tengo que correr el riesgo —señaló Peter, y se ató su pañuelo alrededor de la boca y la nariz antes de salir corriendo.
—¡No, Peter! ¡Vuelve! —gritó Lali y trató de zafarse del oficial para ir tras él.
—No puede detenerlo, señorita. Solo se lastimaría —dijo Redwing, sujetándola con fuerza.
Peter desapareció detrás de la casa. Las llamas habían crecido y, en cuestión de minutos, consumirían el tejado, las vigas se desplomarían y nadie podría salir de allí con vida.
Iba a perder a su padre, en prisión o en el fuego, se dijo Lali. Pero por nada del mundo podía aceptar perder a Peter. Sin él, su vida no tendría sentido.
—Saldrá pronto. Sabe lo que hace —afirmó el oficial Redwing.
—¡No es un bombero! Es…
—¡Es un Ranger de Texas! —dijo Redwing, como si aquello lo convirtiera en superhéroe.
Pero no lo era y, si moría, sería por su culpa, se dijo Lali. Tratando de ahogar sus sollozos, miró hacia la casa. De pronto, una esquina del tejado se desplomó. Demasiado conmocionada como para gritar, hundió la cabeza en el hombro del oficial.
—¡Mire! ¡Allí vienen! —exclamó Redwing.
Al volver la cabeza, vio cómo Peter traía a su padre lejos de la casa. Juan tosía con violencia. Ella corrió a encontrarlos, y Peter la abrazó con fuerza.
—Todo está bien, pequeña. Ya ha terminado.
Pablo tomó a Juan por el brazo para llevarlo al coche patrulla.
—Mi padre…
—Pablo va a llevarlo a prisión. Me temo que pasará allí mucho tiempo —dijo Peter.
—Sí. Me temo que sí. Pero tú le has salvado la vida, Peter.


Aquella noche, Lali estaba tumbada en la cama junto a Peter.
—Carla ha sido muy amable por dejar que Eric duerma con Aaron. Le vendrá bien estar con su amigo —comentó, mirando a su amado—. Y estar contigo es para mí la mejor medicina.
—Carla entiende que necesitamos estar a solas. Y sabe mucho de niños, también —comentó Peter, acariciándola—. Sé que estás triste por tu padre, Lali. Pero espero que pronto puedas superarlo y mirar hacia el futuro.
—¿Sabes, Peter? Aunque no lo creas, mi padre siempre te admiró y siempre quiso que estuviéramos juntos. Siento mucho haber sido tan tozuda antes, respecto a lo de dejar a mi padre. Me sentía tan… obligada con él. Pero esta mañana, antes de que todo ocurriera, había decidido decirte que iría a Texas contigo a pesar de todo. Por favor, créeme —dijo ella.
—Y yo había planeado decirte que iba a dejar mi trabajo de Ranger si así te casabas conmigo. Por favor, créeme.
—¿Habrías hecho eso por mí?
—No me quedaba otra opción. No puedo vivir sin ti.
—Hoy, cuando entraste en la casa a buscar a mi padre, me aterró perderte. Sabía que, si te pasaba algo, sería culpa mía y no podría vivir con eso.
—Lali, mi amor, nada es culpa tuya. Mi moral no me permite dejar morir a un hombre sin hacer nada, eso es todo.
Porque era un valiente, pensó ella. Un hombre bueno. Alguien que iba a amarla y protegerla para toda la vida.
—Los dos averiguamos cosas terribles hoy. Yo descubrí que mi padre no es el hombre que creía. Y tú, que tu madre amó a otro hombre.
—Y que tengo una hermana en alguna parte. No lo olvides.
—¿Qué vas a hacer con eso, Peter? —preguntó ella, apoyando la cabeza en el pecho de él.
—Encontrarla. Pero ahora tengo otras cosas en la cabeza. ¿Estás lista para casarte conmigo mañana? —preguntó él, y se detuvo con sus labios muy cerca de los de ella.
—Humm. No, si no me dejas dormir un poco —bromeó Lali.
—Dormir es cosa de niños. Y ahora lo que tenemos que hacer es nuestros propios niños.


Fin

5 comentarios:

  1. jajajaajajjaaj naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que final jajajajjajaajaja me gustaria un epilogo jajajaja digo nomas jajajaja gracias y si segui la nove es pork esta genial

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  2. Bien, bravo!!!!! Todo termina más que bien!! Me encanto!! Espero la próxima!!!

    De nada por las recomendaciones cuando me vaya acordando de otros te dejo los nombres!!

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  3. Hahaha me encaro hermoso final me e canta gracias por siempre subir me ha encantado tosas las q has subido son muy buenas espero q sigas subiendo

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  4. Super romantico este final.Cada cosa en su lugar y por fin la oportunidad de lali ha ser feliz!Otra historia q acacba y resulta increible!Aqui estaremos esperando la proxima!Gracias!

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  5. Creo k no me voy a volver a aventurar a hacer más suposiciones,no dí ni una ,jajaja.Tarde ,pero como siempre,tienes el comentario en todos.Gracias x nombrarme ,aunque no estuve presente esos días,me imagino k es xk soy una d las k aunque lean más tarde ,siempre dejo el comentario en todos.Espero la siguiente novela.Un beso.

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