miércoles, 1 de agosto de 2012

Capitulo Diez!




Chicaaaaaaaas!!!! Hola!! Llegó el final!! Acabo de leer sus comentarios......les dije que son increíbles?? Les dije que son las mejores?? No estoy en mi mejor momento y sus comentarios me hacen sonreír que es lo que me falta, así que gracias a TODAS por TODO. Gracias por acompañarme en estas historias, feliz porque les guste y deseando seguir por muchas mas y que sigan acompañándome.....Mañana seguro que les digo alguna tontería mas de las mías, así que creo que por hoy tienen bastante jajaja
Mañana el epílogo!!!! Sean felices chicas!!
Gracias por leerme!! Besos, Vero!!


                                 CAPITULO DIEZ



Han pasado por aquí.
Lali estaba subida en su caballo, muerta de dolores. Miró a Peter que se había agachado delante del caballo y examinaba el suelo. Jamás había visto a alguien tan resistente como él. Sabía que no descansaría hasta dar con los niños.
—¿Qué has encontrado? —le preguntó.
Al principio, se había bajado y subido del caballo cada vez que lo hacía él, pero pronto se dio cuenta de que era mucho más duro de lo que parecía, y que necesitaba conservar su energía.
Peter había encontrado huellas y marcas que sugerían que los niños habían ido por allí.
Por primera vez, se alegró de haberle comprado a Tomy aquellas deportivas tan caras. Dejaban una huella muy marcada en donde el suelo estuviera pelado y húmedo.
—Creo que Ruben ha estado aquí sentado, por el tamaño del trozo de hierba aplastada. Parece como si hubiera estado escarbando en el barro con el volquete.
Lali cerró los ojos y se imaginó a Ruben allí sentado, canturreando, cansado, jugando con su volquete. ¿Estaría con Tomy? ¿Tendría miedo o era aún demasiado inocente como para saber que había razón para tener miedo?
Seguir un rastro llevaba mucho tiempo y paciencia. Peter cabalgaba despacio haciendo eses para no perder detalle alguno; de vez en cuando desmontaba y se agachaba a mirar el suelo.
También detenía de cuando en cuando el caballo y oteaba el horizonte en silencio. Al verlo así, era como si Lali estuviera viendo qué y quién era Peter en realidad.. Allí montado sobre su caballo, tan orgulloso y fuerte; tan capaz de soportar aquel mundo abrupto y salir victorioso de los desafíos. No se le ocurría otra persona en la que ella hubiera confiado para llevar a cabo aquella tarea.
Ella también observaba el ondulante e infinito paisaje, forzando tanto la vista que al final le daba la impresión de estar viendo cosas que no estaban allí.
—Bájate un rato del caballo, Lali. Estira las piernas. Vamos a tomar un café.
—Puedo continuar —le dijo con tozudez.
No quería dejar de buscar solo porque él pensara que ella no podía aguantar más.
—Si no nos cuidamos, si empezamos a sentirnos demasiado hambrientos, demasiado cansados o demasiado doloridos, no estaremos lo alerta que necesitamos estar. Quizá se nos pase algo por alto.
Lali pensó que eso quizá fuera cierto en todas las facetas de la vida. Que si uno no cuidaba de sí mismo, difícilmente podía cuidar de los demás.
—Tal vez —dijo mientras se bajaba del caballo y cuando tocó el suelo le crujieron las rodillas—. Ese fue el error que cometí con Tomy. Siempre le puse a él primero. Cuando dejé de... —se atragantó.
Peter le sirvió una taza de café del termo y se la acercó a los labios. Lali dio un buen y reconfortante sorbo de café caliente.
—No quiero que hables así, como si fuera culpa tuya. Si alguien tiene la culpa, ese soy yo, por intentar hacerme el héroe, por ofrecerme a ayudarlo a buscar a su padre. Pensé que entendería que estaba intentando decirle lo mucho que me importa. Pero, en lugar de eso, pensó que me quena librar de él. Supongo que eso es lo que pasa cuando un tipo como yo intenta ser un héroe.
—¿Qué quieres decir con «un tipo como yo»?
—Lali, he vivido al límite casi toda mi vida. He sido un loco y un irresponsable. Me he ocupado de mí mismo y nunca me ha importado pensar en el punto de vista de otra persona. Incluso con Eugenia no fui capaz de ver lo que quería ella, solo lo que quería yo. Y entonces, cuando apareciste tú, pensé que merecías algo mejor —Peter soltó una risotada de desprecio hacia sí mismo—. Pensé que podría convertirme en un caballero por ti. Tal vez Tomy se haya dado cuenta de que no lo he conseguido.
—Escúchame, Peter —le dijo en tono bajo y lleno de rabia—. No pienso quedarme a escucharte hablar así de ti mismo. Ni hablar. Te he visto con tu hijo y con mi sobrino; he visto... —se sonrojó al pensar en la noche de bodas— la enorme ternura de la que eres capaz. Y, sin embargo, cuando tienes que mostrarte fuerte y tranquilo, cuando tienes que plantarle cara a la vida, también eres capaz de hacerlo. Si tú no eres un caballero, entonces no existe tal cosa. Si no existe tal cosa, se me partirá el corazón. He pasado toda mi vida buscando lo que veo en ti: integridad, fuerza y ternura. Busqué estas cosas en esos hombres elegantes y sofisticados, que sabían cómo vestirse, qué tenedor utilizar y qué vino escoger. Pero ninguno de ellos te llega ni a la suela del zapato, Peter. Ninguno de ellos. No existe hombre en la tierra que yo deseara que estuviera aquí salvo tú.
—No estarías en este aprieto ahora mismo de no haber sido por mí.
—¿De veras? Me da la impresión de que Tomy lleva tiempo siendo un problema, y la casualidad ha querido que ocurriera aquí y ahora. Sea cual sea el apuro en el que me encuentre, siempre será tu nombre el que pronuncie. Quizá no tengas una reluciente armadura, pero eres auténtico, Peter. Me doy cuenta de cómo eres de verdad desde que te miré a los ojos por primera vez. Y supe también que me ayudarías a ser yo misma. Por eso te quiero. Por eso te he querido desde que te vi.
Peter sonrió dulcemente y a Lali se le derritió el corazón.
—A ti lo que te gusta es cómo lleno un par de pantalones tejanos.
Y ella le devolvió la sonrisa.
—Prefiero mil veces más los tejanos a las armaduras.
Y entonces, como si necesitaran hacer una pausa, después de la tensión a la que estaban sometidos, se abrazaron y se echaron a reír. Lali siguió riendo hasta que la risa se trasformó en llanto, y lloró desconsoladamente con la cabeza apoyada en su pecho hasta que le oyó decirle una y otra vez que la amaba. Que pensaba amarla siempre, pasara lo que pasara.
—¿Qué quieres decir con eso? —le preguntó después de apartarse de él y mientras se secaba las lágrimas con la manga de la camisa.
—Quiero decir que si decides que tienes que dejarme para darle a Tomy la vida que desees, te seguiré amando. Y te prometo que te esperaré.
Pensó en lo distinto que era aquello de lo que había dicho Benjamin varios años atrás.
—Qué curioso —dijo ella—. Yo estaba esperando la oportunidad para decirte lo mismo, solo que al revés. Que si no podías soportar más a Tomy y todas las cosas horribles que ha estado haciendo, entonces me marcharía.
—Señora, ya te he dicho que podría manejar a diez como él con una sola mano solo para estar contigo. Pero hay otra cosa. Quiero a ese chico. Es tan parecido a mí a su edad que me da miedo pensarlo. Eso era lo que necesitaba decirle el otro día. No que le ayudaría a encontrar a su padre, sino que lo que más deseo en el mundo es ser su padre.
Al oír esas palabras Lali sintió que algo se relajaba dentro de ella, como si un río de aguas tranquilas empezara a fluir por su cuerpo. Todo formaba parte de un plan. Todo.
Tomy los había unido a Peter y a ella, y había sido el que les había permitido expresar por fin lo que verdaderamente sentían el uno por el otro.
Sabía que lo encontrarían, y que aquel momento, la búsqueda por las praderas, se convertiría en el fundamental en la historia de una familia que estaba aún en sus orígenes.
Sin amor, un hombre podía continuar dudando toda la vida. Con el amor las personas se fortalecían, descubrían quiénes eran y cómo encajaban en el plan. Su lugar estaba en aquellas praderas, junto a aquel hombre, educando a sus hijos.
—¿Estás lista para seguir?
La ayudó de nuevo a montar. Lali sintió como si el cansancio la hubiera abandonado, pero notó también que cada vez había menos luz.
Pero Peter lo vio de otro modo.
—Bien —exclamó—. Tal vez Tomy tenga cerillas. Espero que encienda una hoguera. Si lo hace, se verá desde muy lejos.
—Si enciende una fogata, querrá decir que quiere que lo encontremos.
Veinte minutos después, cuando el sol estaba poniéndose y la tierra estaba ya oscura, oyó el silbido triunfal de Peter y vio el parpadeo de unas pequeñas llamas en la distancia.
Peter se puso al galope y ella lo siguió. Las estrellas estaban empezando a salir y Lali sintió que el corazón iba a estallarle de alegría y felicidad. Siguió a Peter a la velocidad del rayo, avanzando por aquel terreno incierto que la conduciría a su futuro.
Galoparon hacia el fuego. Peter detuvo su caballo, desmontó con agilidad y echó a correr. Entonces, en el círculo de luz, Lali vio a Tomy yendo hacia ellos con Ruben de la mano. Ambos niños tenían el rostro manchado de polvo y lágrimas.
—Peter —dijo Tomy con voz trémula—. Lo siento —se echó a llorar mientras se frotaba los ojos con las manos—. No sabía que Ruben me seguiría. No lo sabía. Debiste de asustarte mucho al ver que no estaba.
Peter se apoyó en el suelo con una rodilla delante de Tomy, y Ruben se lanzó hacia él y lo abrazó.
—Papi. Tomy, te dije que mi papá va a venir.
Tomy respiró hondo, temblando, y siguió llorando con la cabeza gacha.
Lali consiguió bajarse del caballo y fue hacia ellos. Peter se puso de pie y le pasó a Ruben y después se volvió hacia Tomy.
—Me asusté mucho cuando vi que faltaban mis dos niños —dijo Peter—. Estaba muerto de miedo. Más asustado de lo que he estado en toda mi vida.
—A ti no te asusta nada —dijo Tomy—. Lo sé.
—Todas las personas tienen miedo de algo, Tomy.
—Puedes pegarme si quieres —dijo Tomy sin levantar la vista del suelo.
—¿Pegarte? —Peter salvó la distancia que los separaba y abrazó al pequeño—. Nunca te haré daño. Nunca.
Tomy se derrumbó. Le echó los brazos al cuello y se echó a llorar a lágrima viva.
Peter lo levantó en brazos como si fuera un bebé y lo meció en su pecho.
—Sabes, toda mi vida he deseado tener una familia a quien amar. Y cuando Dios me dio a tu tía, me di cuenta de lo mucho que necesitaba un chico como tú. Debería habértelo dicho antes, mucho antes.
—¿Me quieres entonces? —preguntó Tomy—. ¿Me quieres a mí?
—Sí, a ti.
—¿Después de lo que acabo de hacer?
—Sí.
—¿Después de lo de tu camioneta, de dejar sueltas a las vacas y de estropear el jardín?
—No te olvides de la ventana del baño.
Tomy sonrió un poco sin dejar de llorar.
—¿Y después de lo de la ventana del baño?
—Sí.
—Quiero a mi tía Lali más que a nadie en el mundo. Por eso me escapé. Aunque no lo he demostrado, solo quiero que ella sea feliz. Me di cuenta de que tú le haces feliz, pero yo no. Me enfadé mucho y me asusté. Pensé que cuanto más te quisiera a ti, menos me querría a mí —Tomy hizo una pausa, con expresión de pesar—. ¿Sabes cuando pensé que quizá me hubiera equivocado del todo? Cuando me di la vuelta y vi a Ruben siguiéndome. Corrí hacia él y se puso tan contento de que lo hiciera, como si no hubiera sido culpa mía que estuviéramos allí en mitad del campo. Intenté llevarlo de vuelta a casa y fue entonces cuando me asusté de verdad al ver que me había perdido. Había ido caminando en línea recta, pero cuando miré a mi alrededor todo me parecía igual. Intenté guiarme por el sol para averiguar el camino de vuelta a casa, pero me sentía muy confuso y Ruben estaba muy cansado. No hacía más que sentarse y echarse a llorar, y no paraba de decirme que quería ver a su papá. Pasado un rato, nos sentamos y me acordé de que tenía una caja de cerillas en el bolsillo. Ruben dejó de llorar cuando le pedí que me ayudara a encontrar ramitas y hierba seca para encender una fogata. Solo llevaba un sándwich de manteca de cacahuete, y se lo había dado a Ruben hacía ya mucho rato.
—Espero que tú también comieras un poco.
Tomy negó con la cabeza.
—A eso iba. Yo no quería comer nada, quería que se lo comiera todo Ruben. Entonces me di cuenta de que no solo le tengo cariño, sino que lo quiero mucho. Y también me di cuenta de que no por eso quiero menos a mi tía Lali. La verdad es que después de pensar eso veo que me siento mucho mejor que antes. A lo mejor te reirás de mí, pero me sentí como si ya fuera casi un hombre.
—No me estoy riendo —le dijo Peter en tono bajo.
—Supongo entonces que si las cosas son así, será mejor que me dejes en el suelo.
Peter lo dejó en el suelo.
—¿Yo también hombe? —preguntó Ruben en tono esperanzado.
—Oh, claro —dijo Tomy—. Pero entonces tienes que dejar de ser Calzoncillo Apestoso. Nunca más. ¿Lo entiendes?
—Vale —Ruben respondió con solemnidad, y todos se echaron a reír.
Peter miró a su alrededor.
—Creo que no podremos volver a casa esta noche. No quiero arriesgarme en la oscuridad. Los caballos están agotados. Nos acurrucaremos juntos hasta que amanezca. Saca esos sándwiches, Lali.
—¿Sabes volver a casa desde aquí —le preguntó Tomy angustiado—, o nos quedaremos perdidos en la pradera como la familia Robinson?
—Aunque yo no supiera volver a casa, los caballos lo harían. Podrías ponerte a dar vueltas por el campo y cuando tú estuvieras ya rendido ellos apuntarían con el morro hacia casa y llegarían sin problemas.
Se sentaron alrededor del fuego. Los niños se comieron todos los sándwiches y Peter les hizo beber un poco de café.
Y entonces, algo mágico y extraño ocurrió.
Allí, bajo las estrellas, se convirtieron en una familia. La familia que Lali había imaginado, la familia con la que había soñado.
Contaron chistes, cantaron y rieron. Cuando empezó a hacer frío, Peter les quitó las mantas a los caballos y los cuatro se encogieron bajo ellas, tan pegados los unos a los otros como pudieron, y así se durmieron.
Se despertaron por la mañana con el ruido de un helicóptero sobrevolándolos. El aparato aterrizó cerca de ellos.
—Mete a los niños —dijo Lali—. Yo volveré a caballo contigo.
—Ni hablar, tía Lali. Tú y Ruben iréis en el helicóptero y yo volveré con Peter.
A Lali no se le escapó la autoridad conque lo dijo, como un hombre de verdad, y así subió al helicóptero con Ruben y observó a su marido y su sobrino mientras juntos preparaban los caballos. Vio que Peter le daba una palmada a Tomy en el hombro y a Tomy apoyándose ligeramente sobre esa mano, haciendo acopio de fuerzas para erguirse después.
Los vio allí juntos en aquella pradera aparentemente infinita, hasta que se convirtieron en dos puntos diminutos en la distancia. Suspiró de contento y miró hacia delante.


Esa misma tarde, agotada y feliz, Lali dio la bienvenida a casa a los dos polvorientos jinetes, y se despidió de los últimos miembros del equipo de rescate, de sus amigos y vecinos.
—Nos vamos a marchar —dijo Fiona Mortimer—. Peter, te debemos una disculpa.
Lali se volvió y la vio mirando por la ventana, con Ruben dormido en brazos.
Fiona empezó a hablar, casi como si estuviera sola.
—Lo único que queríamos era que Eugenia fuera feliz. Era nuestra única hija. Le dimos demasiado, ahora me doy cuenta de ello. Le dábamos todo lo que nos pedía, y también demasiada libertad, y cuanto más intentábamos llenarla de cosas, más frívola se volvía.
Peter, o bien has cambiado mucho, o te interpreté mal. Aunque sospecho que ha sido un poco de las dos cosas. Pero sé que Lali y tú educaréis a nuestro nieto de maravilla. Ruben está en buenas manos. No os molestaremos otra vez.
Se volvió y le pasó el niño dormido a Peter. Entonces se dirigió hacia la puerta con ojos brillantes, a punto de llorar.
—Fiona —dijo Peter—. Gracias. Sabéis que podéis venir aquí cuando queráis. Y no es molestia.
Ron se aclaró la voz y habló.
—Leímos la nota de Tomy mientras estabais fuera, y entonces nos dimos cuenta de algo muy importante. Nos quedamos tan deshechos por la muerte de nuestra hija que nos olvidamos de que seguía habiendo gente que nos necesitaba, que podríamos ser útiles todavía. Al leer las palabras de Tomy, entendimos que hay muchos niños que se sienten como él. Niños que querrían unos abuelos como nosotros. Necesitamos alguien a quien mimar. Cuando volvamos a Regina hemos pensado en buscar a niños que necesiten abuelos como nosotros para quererlos. Tal vez así podamos decirle a Eugenia cuánto lo sentimos por quererla de manera tan equivocada.
—Ron —dijo Peter despacio—. Me parece que aquí tienes dos niños que necesitan un abuelo y una abuela que los quieran.
Ron, que también parecía a punto de echarse a llorar, asintió, le estrechó la mano a Peter y salió con su esposa.
—¿Quién lo habría imaginado? —murmuró Peter mientras veía el coche avanzar por el camino.
—¿Sientes alguna vez como si estuvieran ocurriendo milagros? —le susurró Lali.
—Bueno, sí, señora, eso es lo que creo. Un humilde vaquero se convierte en un caballero de reluciente armadura. Sé distinguir un milagro cuando veo uno.
—El amor es un milagro. Hace que la vida surja de la tierra dura y seca, que las lágrimas se conviertan en diamantes, que todo lo que es malo se vuelva bueno. Y les da a unos niños papas como tú, y a una mujer como yo, el marido de sus sueños.
—Solo lo dices porque te gusta cómo lleno los tejanos.
—Y que lo digas, vaquero.
Y entonces lo besó. Y fue un beso tan atrevido y emocionante como el primero; tan embriagador como la primera vez.
Sabía que algunas personas eran bendecidas de aquel modo.
Caminaron por la vida como si esta fuera un baile, como si todo fuera nuevo y mágico, como si quedaran muchas cosas que explorar, cosas que les llenaran de asombro, como la primera vez.
Cuando él le devolvió el beso, Lali supo que era una de esas personas.
Cada día era una nueva oportunidad para vivir, para reír, para enamorarse de nuevo.

Cada día era como una primera vez. Como La primera vez.

Para siempre.


10 comentarios:

  1. ME RECONTRA FASCINO =)
    Amo esta novela!
    No se que te estara pasando pero espero que todo se solucione pronto :) Todo pasa, despues de la tormenta viene la calma :)
    Espero el epilogo :)
    Beso
    Juli♥

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  2. Me encanto, muy tiernos todos
    Y que linda familia q se formo al final!!!
    Espero el epilogo!

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  3. EMOCIONANTE!INCREIBLE!Me encantó!Y arriba el ánimo!Aunq te parezca raro a mí las noves me sirven para abstraeme de la realidad por un rato y me siento acompañada por un grupo de chicas de diferentes nacionalidades y edades q compartimos esta pasion por la ficcion y algunas locuras más!Nos leemos mañana!

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  4. No se que decir después de leer semejante capitulo!

    Amor, se por lo que estas pasando, y se que aunque no lo parezca todo va a pasar y vas a ser feliz. Porque eres una persona increíble, porque en poco tiempo te convertiste en la mejor hermana que la vida me ha podido regalar y porque te mereces ser feliz!!

    Sabes que estoy orgullosa de ti, que siempre estaré al otro lado del teléfono a cualquier hora y que quiero tenerte siempre en mi vida!

    Te amo mucho!!!

    pd: me encanto el final! quiero el epilogo!!!

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  5. Me encanto estuvo muy buena la nove diferente muy muy linda gracias x subir siempre los caps espero ansiosa el epilogo me fascino la nove

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  6. Una maravilla d novela ,nos hace ver entre líneas ,lo k no somos capaces d ver a simple vista,todo lo tenemos al alcance d la mano, y lo dejamos perder.Un niño d 12 años es capaz d hacerles ver, todo el amor k tienen para dar ,y como siempre digo ,hasta los abuelos tienen cosas nuevas x aprender,y un niño puede darles ese aprendizaje.

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  7. Awwwwwwwwwwwww,me morimos de amor con todo,jajajaj,nos encanta,escribís hermoso,muy buena la nove,esperamos a leer masmasmas, lástima q ya se acaba,pero bue.te mandamos besos

    Beth y Anabelle

    una pregunta,vas a seguir con otra nove??yo para seguir leyendo después de mañana;-),besos,tkmmm???

    Beth

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    Respuestas
    1. Los ??? En realidad eran !!!pero bue,el celu hace lo que quiere,jajajaj,bye

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  8. Hello, Me Costo Pero Me Puse Al Dia
    Me Encanta La Nove Re Tierna
    Una Verdadera Lastima Que Ya Termine,
    Espero Que Subas Una Nueva Prontito
    Sos Grosa, Besos,

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  9. me encanto la nove segui escribiendo tenes talento!

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